Huele a caramelo la brisa
cuando llueve
cuando llueve
y tejen paisajes las arañas
para atrapar pequeñas gotas
en sus hilos.
La pluma besa la blanca hoja,
pare letras la luna.
Toda esa magia
acontece en formas inaudibles,
en perfecto silencio.
Ese silencio me es tan familiar
que hasta escucho sus gritos.
Le advierto.
También conoce de mí…
tanto conoce, que se sabe algarabía.
Si alguien escucha…
me hice silencio
cuando fui el trazo de un pincel
sobre el callado lienzo
del desván de mi maestro…
Casilda