jueves, 20 de enero de 2011

SE BUSCA…

Se busca una mariposa, capaz de leer violines
y escribir los verdes…

Una libélula, diestra en robar entregas
y regalar sus alas…

Un caracol ermitaño,
con fuerza para cargar las ovejas que cuento cada noche.

Un zángano, que defienda sus ideas
para hacer la miel que endulza mi café.

Un audaz cocuyo que deje su vida
buscando la luz¡

Un niño, que abra sus dedos al cielo
para hacerles nido…

Un camino de galletas de plumas,
suspiros y flores de algodón¡

Casilda

martes, 18 de enero de 2011

Girnaldas de algodón



Los pétalos caían...
se ensayaba el último acto
velado tras oscuras telas
cuando se arropaba la luna.

La desnudez de los ángeles
sorprendió el reflejo rosáceo
del imaginario del cantor
en la copa, llena de esperas...

Se escucharon los versos del violín
coloreados de noche tinta
pulverizando la memoria
y robando palidez a la tierra...

Fuimos árboles
de piel aterida por el tiempo.
Rocío que no llegó a perfumar,
girnaldas de algodón.

Ahora,
anuncios de salvajes lumbres
traidas desde los límites
avivan el soplo ténue de la ilusión esquiva...











Casilda 2010

lunes, 26 de abril de 2010

Plumas agitadas

Imbuida por el erotismo de tu verbo



avanza el alba.


Sábanas mojadas


quedan ocultas


entre pilas de gemidos


arrojados al tiempo.


Corrientes de besos


estremecen las plumas agitadas


en circuitos profanos


teñidos de miel.


Tallistas de rocas


moldean imágenes movidas


del agua diurna.


Gorgoritean ángeles rotos,


parecen crujir …


vidrios ensalivados germinan chorros de granas


que bordan la ruta crepuscular.


Danza un pañuelo…


Casilda

Forastera...

Debí caer antes,

debí caer siempre

pero mi cuerpo se sostuvo

con hilos de flores.

Mi alma flota aun

constante en la niebla

y aunque mi risa llora

y mis ojos solfean

me se próxima al suelo agreste

donde algún orfebre

recobrará aquel brillo

para adornar otras frentes…


Debí caer antes,

debí caer siempre

pero, mi afán de mensajera

me sostuvo en el aire.

Plácida recorro todavía los desiertos

donde ningún oasis logró

calmar mis angustias con sus gotas

y aunque desfilan por la arena dromedarios

floto erguida sobre ellos

perdida entre espejismos ...


Cae pronto hoja seca,

cae pronto niña triste,

antes que la oruga sea mariposa

condenada a volar eternamente.

Deja que el sonido de la brisa

arrastre tu armonía,

no llores el lienzo blanco,

que la luna en su mengua

sabrá acunarte entre estrellas

y te arropará de nubes

mientras aletargas sentencias.



Cae pronto niña triste,

compréndete forastera…






Casilda

viernes, 23 de abril de 2010

América errante

Invadida de fuerzas mágicas
la América errante se dibuja…
Flotan entre las gentes, los hijos del sol¡



Abramos en capullos, elfos y ninfas.
Integremos los sueños de ritmos incansables,
de caminos infinitos que andan al encuentro.
Tejamos las arenas del desierto
construyamos redes luminosas
coloreemos sus rostros, los nuestros…



Que ardan las húmedas hojas
al reclamar la ausencia.
Reguemos nuestros sudores,
vivamos nuestras presencias
cubramos nuestras cumbres con mantos eternos
colmemos los abismos con los hombres nuevos.




Hagamos el pie de un cirio teñido,
en coros de trinos, lancemos voces al cielo
que las pasiones copulen y despierten los suelos,
que paran nuestras siluetas aves muy blancas en vuelo
mensajeras, buscadoras ansiosas de manos,
de dedos
constructoras de torres capaces de juntar reinos.



Borremos las sogas, escribamos los besos
escuchemos los cantos, los cantos del pueblo
extendamos los brazos, prolonguemos los riegos
desvelemos secretos
cosechemos paisajes, integremos los sueños…
que América hermana no yerre,
que América errante se quede...






Casilda

lunes, 8 de marzo de 2010

RELOJ DE ARENA

El tiempo no corre.





Las briznas del rocío


mojaron su arena,


el tiempo no corre.


Por el fino cuello


que separa cóncavo y convexo


se deforma mi cuerpo.


La luna mengua y se colma.


Filamentos de su luz


hacen lumbre mi cabello.


De mes en mes


dibuja ríos púrpura mi esencia.


Soy un sirio desecho por el fuego


pero es indemne


la memoria de mis labios


el tiempo … no corre






Casilda

jueves, 11 de febrero de 2010

Acróstico...

Cierra la puerta a las nubes,
que no me dejan mirarte

Ilumina la arena
con el brillo de tu risa ...
báñame de tarde

Embriágate de mi néctar ...

Lía tu alma a cada sueño¡

Otros han hecho caminos...

quiero abrir mis propios surcos

Casilda

martes, 9 de febrero de 2010

Prisionera...

No ocupes el silencio

si cantar no puedes

ni bordes con espinas

las sedas de mis labios.

No pintes mariposas

debajo del agua

ni cuentes con tus dedos

el paso de este tiempo...


No pares la caída

de las hojas de mi otoño

ni digas más tus versos al oído

dibuja primaveras...

mantenme prisionera

a la vera de tus besos

canta la luna con estrellas,

cuenta los sueños con silencios...



otra vez... Casilda

jueves, 3 de septiembre de 2009

Ya es noche¡

No sé dónde estás ¡
Pero, qué importa…
No me canso

de cabalgar por mis teclas
buscando acortar

la absurda distancia
entre ausencia

y certidumbre de existencia.

No sé dónde estás ¡
Pero, no importa…
me abrigan

tu mirada y el recuerdo.
Me sacia

la presencia de tu ausencia,
es ventura

el espejismo de tus besos.

No sé dónde estás…
Pero, no importa…
No me abandono.
ya es noche ¡


Casilda

martes, 11 de agosto de 2009

Piérdete en mí...

Naufraga en mí

cuando te embriague la luna…

Sube hasta mi cúspide

y deshoja allí tus margaritas.

Siente el estruendo de mis labios

cuando cabalgues en hipocampos

y sigas la ruta de las estrellas marinas.

Desliza tu cuerpo

como lo hacen las tortugas.

Piérdete en mí …

Mientras desovo en la arena

y puedo tejer tus barbas

como se tejen las algas

al son de la furia de las aguas…


Casilda

martes, 4 de agosto de 2009

El olvido

Dónde estaba el olvido cuando te encontré?

Allí sólo habitaban las estrellas...

sólo era posible confundirlas con colores,

y pensar los siglos en tu alcoba.


Cuando te encontré, pude fundirme con el alba

y dibujar el tiempo entre las flores.

Pude tallar mi voz entre las aguas

y sentirme esclava de tu aliento...


Ahora quieres que lea el adiós en tu silencio,

quieres que olvide la promesa de tus besos.

Que devuelva su verdor a las hojas del otoño

y que no escuche llover cuando la luna llene...


Mientras guardas tus secretos entre aromas marinos

y atormentas la tinta de la noche

subiré al barco que la cobarde tempestad deshace

a esperar que el miedo borre también las huellas

que dejamos en la arena...

Casilda

sábado, 18 de julio de 2009

Ecos de luces...

Mientras aguardas,

el bullicio de la espuma

agiganta la eternidad de la noche…


Mientras no llega,

las estrellas develan sus formas

y crispan tu piel…


Mientras le escribes,

el universo canta

y los siglos declaman…


Son alfombras de aromas

las voces que te cubren.

Ecos de luces...


Casilda

jueves, 16 de julio de 2009

Desde el jardín...

Con qué frecuencia pasmosa
espero florezcan rosas
dónde sólo hiedra crece¡
Así, entre las ramas frondosas,
se eleva altiva la prosa
que tu corazón no mueve...
Desde el jardín multiforme
se trazan augustas poses
cuando de delirios llueve...
Como las nubes, enormes,
son las voces de los hombres
frente al destino que hiere...



Casilda

martes, 7 de julio de 2009

Pesadilla

La hechicera radiante

oculta entre negros velos

logra convertir en sombra

seres que escalan

los muros de su encierro.

Su luz facilita el escape

del camino que teje

y delinea marañas.

Arrastra la vorágine del ruido

enreda el fuego de mi infierno…

Ahogan los mareas

que fluyen como magma

del encuentro estrepitoso

entre mi cuerpo y los sueños...

Casilda

martes, 23 de junio de 2009

La búsqueda...

Buscaba la luna

cuando libé de las rosas

para hacer del llanto arrullo.

La paz,

cuando mis ojos

cruzaron poesía

con la inmensidad del horizonte.

Buscaba respuestas y

entre tréboles, podía perderme…

mientras tras ellas corría

Toqué puertas…
que nunca abrieron ¡

enfrenté batallas,

gladiadores y dragones

que me vencieron…

Subí montañas…

Navegué los mares…

y naufragué mil veces

cuando manos gigantes

me abrazaron y
sintiendo mi propio aliento

logré mirarme al espejo…

Casilda