martes, 13 de enero de 2009

Cuento...



Y la malvada madrastra preguntaba sin cesar al espejo… "espejito, espejito, dime quien es la más hermosa?..."
Y el espejo, sin temor alguno, repetía incansablemente el nombre de ella que se hizo dueña del rencor de quien inquiría ¡
Mientras tanto, la aludida… imaginada cual reflejo de gracia, era sólo eso. Una estampa de existencia, ente, polvo cósmico… intangible y al tiempo visible en cualquier rostro, palpable y dueña de alguna figura, humana o no, de cualquiera que sirva a la imaginación para volar…
Así fue su existencia por los siglos… todo y nada, alguna y cualquiera… brisa, sol, estrella, mar, ave, dulce fruta o infinito silencio… ese que abona el vacío, ese que lacera con el tiempo mientras el espejo sólo repetía un nombre… el suyo

Casilda

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