Es intenso su estruendo…
igual al rumor triste de la niebla,
como el relampaguear
profundo de su esencia.
Crujido de vértebras dormidas
Sonar de cueros húmedos
Silencio de campanas oxidadas
Altanería feroz
Libo en la oscuridad sus mieles
Mientras en la impetuosa quietud
deslizan sus fragancias
más allá… no existe
Sólo este segundo
Casilda
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