No cierres tus ojos¡
déjame ver en ellos la luz
que sólo tu niño podría permitir.
Ilumina la noche de los míos
con la energía de tus astros.
Déjame descubrir quién eres,
quién eres cada instante
mientras nazco nuevamente.
Deja de ser quien no eres
y se cada momento el reflejo del agua.
Déjate correr con ella
y nómbrate en su espuma.
Revélate,
con ímpetu infantil,
frente a quienes esperan ver
sólo aquello que ya fuiste.
Muéstrame tu mar
y ve mi noche.
Mójate en mis aguas
mientras me entregas la luna.
Liba el dulzor de este instante,
refresca tu seca garganta…
Me recordé libre, cuando dejé de recordar...
… volemos¡
Casilda
2 comentarios:
Tan hermoso poema solo puede salir de tan hermoso espíritu.
tan hermoso comentario sólo puede provenir de quien hace conmigo comunión¡¡¡¡ besos amigo
Publicar un comentario